

¿Tienes constancia de que algún artista haya transformado la muñeca de moda, Barbie, en una crisálida?. Yo sí, porque la creatividad en el arte, es infinita, y siempre hay nuevas interpretaciones y obras sorprendentes, como las que hace el artista canario que protagoniza este artículo: Leonardo Rodríguez Izquierdo

Orígenes y Primeras Influencias
Nacido en Tenerife, Leonardo Izquierdo descubrió su pasión por la creatividad desde su niñez. La chispa artística, que lo acompañó en sus primeros años, fue el punto de partida para una trayectoria llena de exploración y experimentación.
Ya en su etapa adulta, profundizó sus conocimientos en la Escuela de Arte Superior de Diseño Fernando Estévez, especializándose en Escultura y Grabado Calcográfico. Su formación fue fundamental para consolidar su interés por la expresión plástica y la investigación, en diferentes medios, desembocando en una exploración multidisciplinar.

Soporta y renuncia
Esta exposición revela la versatilidad de Leonardo, quien en su proceso creativo, no se circunscribe a un único soporte ni técnica, sino que despliega un universo en constante expansión. La instalación, la escultura, la pintura, el grabado y el dibujo convergen en una propuesta que se revela desde el primer instante de la visita, invitando a una exploración profunda y enriquecedora de su universo creativo.
En su recorrido, se podrá apreciar un total de once esculturas que reflejan la creatividad y el dominio técnico del artista, invitando a la contemplación y al diálogo con las formas tridimensionales. Además, la muestra incluye dos grabados que capturan la precisión y la profundidad de la técnica, así como tres pinturas que revelan la sensibilidad y el uso del color en diferentes matices y estilos. Complementando estas obras, se presenta un móvil que aporta movimiento y dinamismo a la exposición, creando un juego de equilibrio y armonía en el espacio. Finalmente, el visitante podrá explorar veinte piezas realizadas en tinta china, las cuales aportan un carácter íntimo y detallado, enriqueciendo aún más la variedad de expresiones presentes..
Román Hernández, comisario de la exhibición, nos habla del autor: “Aristóteles decía que lo importante en el arte no es solo representar la realidad, sino expresar la idea y el mundo interior del artista. Para Leonardo, su trabajo responde a un antiguo planteamiento del siglo XVI, basado en un tratado de Pomponio Gaurico, que dividía la cabeza humana en tres partes: la sabiduría en la frente, la belleza en el centro de la cara y la bondad en la barbilla. Esto representa, para él, lo que hay detrás de su obra y en su persona”,

Influencia japonesa y el simbolismo de la sombra
En el proyecto expositivo se revela una profunda influencia de Japón en la sensibilidad artística de Leonardo, país que conoció y que dejó una huella indeleble en su obra. La inspiración nipona se manifiesta especialmente en la constante referencia a la sombra, concepto que ha explorado tanto en su trabajo como en el libro El elogio de la sombra de Junichirô Tanizaki.
Para el artista, “la sombra simboliza aquello que permanece en penumbra, lo que aún no ha sido completamente revelado; en su creación, esta idea se traduce en piezas que parecen sumergidas en una ligera oscuridad, en un juego sutil de luces y sombras que invita a la introspección”.

Blanquinegro como recurso expresivo
El empleo del blanco y negro es un medio recurrente en la obra de Leonardo, ya que le permite jugar con contrastes y profundidades, reforzando esa sensación de penumbra y misterio. Aunque su proceso creativo se desarrolla principalmente en su estudio, alejado del entorno al aire libre, su paleta y técnica se adaptan al estado de ánimo del momento. Los colores, cuando aparecen, dependen de su estado emocional, reflejando sentimientos como tristeza, desesperación, pánico, nostalgia, amargura, odio, indignación, melancolía, horror, asco, lástima, resignación… Sin embargo, lejos de transmitir connotaciones negativas, estos sentimientos constituyen una vía para la introspección, una exploración de las profundidades del alma humana.

La importancia de la interpretación
Leonardo es reacio a hablar excesivamente sobre su obra, pues considera, que el verdadero interpretador, es siempre el espectador. La mirada de quien observa su trabajo es quien completa y enriquece la obra, aportando interpretaciones y significados, que quizás, él mismo no había considerado. Para él, la interacción con el público es fundamental, ya que cada persona ve y siente cosas distintas, haciendo que la obra cobre vida en la mente y en el corazón de quien la contempla.

El Valor del Trabajo Físico en la Construcción de Ideas
El método de laborar de Leonardo es muy artesanal y minucioso: enrollar, arrugar, plegar, almacenar… Todas estas tareas constituyen acciones que delinean un modo de concebir y materializar ideas con paciencia y esmero. Además de esta labor física, también se involucra en el estudio del equilibrio, la simetría, la fricción y la percepción del tiempo, conceptos que el escultor estadounidense Richard Serra, al referirse a su propia obra, consideraba fundamentales en su proceso creativo, como lo es también para nuestro artista.

Tras casi cinco años de silencio y reflexión personal, Leonardo Rodríguez Izquierdo regresa con una fuerza renovada y un torrente creativo que a nadie deja indiferente. Su regreso no solo marca un nuevo capítulo en su trayectoria artística, sino que también invita a todos a ser testigos de su evolución y madurez artística.
Ven y sé parte de este emocionante reencuentro con la creatividad, una oportunidad única para apreciar el talento que ha estado latente durante todo este tiempo y que ahora emerge con una intensidad vibrante. Es el momento perfecto para descubrir nuevas obras, explorar ideas innovadoras y dejarte inspirar por la pasión y el compromiso que Leonardo pone en cada una de sus creaciones. No te pierdas esta oportunidad de conectar con un artista que, tras su pausa, vuelve con más fuerza que nunca para sorprender y emocionar a su público.